Isla Mujeres – Una crónica de Sebastián Guitar

Sebastián Guitar

La crónica de un recital – Sebastián Guitar

Llego tarde al recital, tarde como siempre. Alguien dijo que los porteños corremos para llegar tarde a todos lados. Adhiero, pero no lo celebro. “Isla Mujeres” toca en la terraza del Centro Cultural Recoleta. El reci ya empezó. Escucho una guitarra que suena a lo lejos.

Llegué. Se nota que recién empezó. Vuelan por el aire aromáticas cítricas, hay una nube que no impide al sol asomarse como yo en este momento (aunque compararme con el sol me parece raro). Lo importante es que llegué. Pienso que debería haber comprado alguna latita de birra fría para acompañar el momento, pero es tarde, y estos eventos son muy puntuales para mi desorden.

Detrás de una escultura erguida y pensativa, hay un cielo tornasol, plateado, rosa y con un brillo tenue, amarillento, parece una acuarela. La banda sigue tocando. Son muy buenas. Me llaman la atención los arreglos del guitarrista, tiene una camisa similar a este cielo raro pre lluvia. El lugar está lleno y para mi fortuna corre una brisa muy agradable.

Soy como un fantasma en los recitales: no hago ruido, no me muevo del lugar y, a veces, la gente me traspasa, como si no estuviera ahí. Merodean novios que acompañan, incómodos y pegotes, a sus parejas, ya no saben cómo estar. Es gracioso y triste, ¿no?

La batera es prolijísima, un relojito, y la voz de la cantante es agradable, soñadora, no sé qué significa eso pero uds me entienden, creo, ¿quizás de ahí viene lo de “dream pop”? Canta algo inentendible, yo interpreto “llora milei/ahhhh/ahhh/llora milei” pero los que lloramos somos nosotres.

Volvamos a lo bueno. Sigue el perfume lupulado, las risas, gente bonita con tatuajes, tote bags de bandas indie internacionales y… oh que bien toca esa baterista, se acaba de mandar un solo. Necesito una cerveza, un trabajo estable y una novia que me acompañe a eventos artísticos, luego quiero estar solo.

Si tuviera que describir el sonido de Isla Mujeres diría que es una especie de Dream pop, o pop lisérgico. La bajista también canta lindo, me gusta su color de voz y el color del cielo que ahora es plomo (como esos novios que abrazan a su pareja todo un recital).

Ahora metieron un tema más pesadito, casi post punk, me hace acordar a un tema de Kate Bush pero subido dos velocidades. O a uno de Utopians. Pasan caras conocidas, lo veo a Hernan de la editorial Cae de maduro sentarse en el suelo, le habían guardado un lugar, ¿ese espacio nos pertenece a los poetas? ¿un cacho de suelo en un recital de dream pop? Hablando de eso, mientras escribo sonó un cover de Fabiana Cantilo, mejor que el original y ahora una canción playera (¿que son esas definiciones Sebastián?) pero de una playa de fumones.

El sonido mejoró un montón, al principio saturaba un poco. Anunciaron el final del reci. Al violero le gusta sonic youth, lo intuyo. En los últimos temas esa guitarra suena a Thurston Moore, me hizo recordar aquel último recital de los sónicos en el Personal fest. El cierre es bien nirvanero/pixies con el hit de la banda. Cierre con pogo adelante. Yo disfruto de lejos, como todo señor. Vuelvo a mi barrio, paso por un Chino. Me compro la tan ansiada lata de IPA. Llego a casa. No estoy solo. Alimento a Toulouse.


Sebastián Elias Guitar nació en Parque Avellaneda, en diciembre de 1985, frente a Garaje Olimpo. Poeta, coeditor de la revista literaria Gambito de Papel y a veces artista plástico. Editó su primer libro “Formas para distinguirnos del vacío” en 2021 con la editorial Independiente Anais Ediciones. Participó en varias plaquetas y antologías como “Sesiones de Poesía Compartida”(SdPC, 2019), Poesía de Sábado por la noche (Tertulia poética 2021) y FE (Editorial Camalote, 2024)

Para conocer más sobre la banda:

Poesía, cine y actualidad.

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