
Entrevista a Norman Petrich
¿De qué trabajan los poetas? Pintor de casas
En la siguiente entrevista a Norman Petrich, la palabra es un instrumento político y poético. Cada palabra que el autor esboza recae con fuerza en el mundo. Un hombre que escribe desde un andamio tiene una mirada que este portal quiere conocer.
Desde allí es que son varios los temas tratados como la relación entre escritura y oficio; la metodología; la actualidad poética, etc. Petrich es un incansable gestor de actividades literarias y acompaña constantemente a los artistas del país desde el Suplemento Fractura de la Agencia Paco Urondo, del cual es director.
El trabajo
Espías Rusos: Norman Petrich, poeta rosarino, militante de la poesía ¿Qué relación encuentra entre su trabajo como escritor y su trabajo cotidiano?
Norman Petrich: Si bien he transitado por varios oficios (como los de editor, librero), el que ha sido una continuidad, a la par del de escritor, es el de pintor de casas. Es un oficio que necesita concentración, pero que también te permite hacer otra cosa: pensar un poema. O por lo menos la idea de la cual puede nacer. Tanto para pintar, como para escribir, es necesario saber qué herramientas vas a utilizar, qué metodología va a ser la mejor, cuáles son las combinaciones que van a quedar bien. Y cierto estar sobre el asunto, hasta que se concrete.
Alguna vez escribí este poema (incluido al final de la entrevista) mientras realizaba un trabajo de pintura. Escribí, a medias, porque tomé nota, en el apuro, sobre una factura de una pinturería. Después lo pulí en mi casa. Eso es algo en común, también: los detalles hacen la diferencia en el “final de obra”.
el trabajo
Espías Rusos: ¿Cómo afecta el tiempo del trabajo al hombre que escribe? ¿Se sienta a escribir a las apuradas, con poco tiempo?
Norman Petrich: Arturo Frutero escribió Y porque supe el color del tiempo, sobre el tiempo veo./ Y porque supe el sabor del tiempo, sobre el tiempo vuelo./ Y porque supe la raíz del tiempo, sobre el tiempo anhelo. En ese ver, en ese volar, en ese anhelo se mueve el hombre (como es mi caso) que pinta y escribe. No sé si se puede decir que se escribe a las apuradas cuando se vive a las apuradas. Sin embargo, cuando se hace, se aprovecha al máximo. Y siempre es, en realidad, la poesía la que decide hasta dónde.
Creo que uno aprende a moverse en los límites que se le presentan y los que se autoimpone. Aprende a encontrar los pasos a seguir para saber que lo escrito no nace de las apuradas, sino de un trabajo espartano. Hay una imposibilidad de malgastar el tiempo. Porque es escaso. Hay quienes aseguran que la derecha escribe mejor, quizás porque dispone de más tiempo para errar y corregir. Pero nosotros escribimos desde el yo lleno de gente. No es poca cosa, aunque los herederos del objetivismo hagan cualquier cosa con el tiempo, con el ojo en el ombligo y hasta con el objetivismo.
Tiempo y metodología
Espías Rusos: Y, en ese sentido, el trabajo desgasta el cuerpo: ¿Incide ese desgaste en el proceso de escritura?
Norman Petrich: Todo tiempo tiene su desgaste. Mentiría si digo que no incide en el cuerpo, mentiría si digo que 8, 9, 10 horas de trabajo físico no te dejan quemado. Pero se aprende a no apurar. A que si hay una idea, pero no hay tiempo o cabeza para aprovecharlo, se espera. Como uno espera más tiempo de lo que se considera normal en los días de extrema humedad. Como se espera que el parche realizado con enduido seque antes de lijarlo y volverlo a pintar. La poesía, en esas condiciones, puede ser un gran caos. Necesario caos, pero es en su -detenido centro- que uno puede encontrar un orden para encauzarla. Lo que se pueda, lo que te deja, lo que te elige. Y al resto, soltarlo. Seguro le tocará a otro. Y está bien.
metodología
Espías Rusos: ¿Y con respecto a la metodología?
Norman Petrich: En eso también coinciden ambos oficios. Orden, paciencia, corrección y aceptación son palabras comunes. Necesitás un mínimo orden, que puede ser cambiante, según lo propongan la situación y el tiempo que te rodea. Hay veces que a un trabajo de pintura lo planeo de cierta manera y “en el vamos” me doy cuenta de que otro método es más óptimo.
Lo mismo con el poema: -esto- con lo que empecé la escritura de repente puede ir mejor al final o al medio. Aquello que parecía bueno perdió el sentido. O esas dos líneas que quedaron son la base de donde nace un poema libro. Para eso, ambos necesitan de la paciencia. A veces, esperar el día siguiente te permite otra perspectiva. Y la corrección, por supuesto. Encontrar esos detalles que no están bien. Corregirlos. Ya sea con la palabra o con una espátula y yeso, cemento o enduido.
Lo personal Entrevista a Norman Petrich
Espías Rusos: ¿Incide la actividad laboral personal en la actividad de escritura?
Norman Petrich: Mi trabajo me hace convivir con la gente que realiza otros oficios. Además de las personas que son las dueñas de los lugares en los que pinto. Entonces, uno tiene un acercamiento a otras realidades, a otros modos, a otras costumbres que suelen ser diferentes o coincidentes con las de uno. Si uno presta atención, no sólo puede aprender secretos de otros oficios sino de otras vidas.
Espías Rusos: ¿Cuánta paciencia le tienen las palabras al cuerpo? ¿Llega ese momento donde la poesía te interrumpe? ¿O es un lujo que solo algunos pocos pueden darse?
lo personal
Norman Petrich: Al trabajo lo interrumpe cualquier cosa (jaja). La poesía no es una excepción. Pero hay veces, sobre todo cuando me toca alguna obra, (algo más bien excepcional, cuando hay una casa nueva en construcción o remodelada completamente; entonces el pintor empieza a trabajar cuando los otros oficios van terminando, para ganar tiempo) donde la poesía puede interrumpir saliendo de la boca de otros. Está en uno el permanecer atento o con el corazón abierto para dejarla entrar.
Espías Rusos: ¿Qué es un andamio para Norman Petrich? ¿Cómo se ve el mundo desde un andamio? ¿Qué mundo se perdería Petrich si no subiera a él?
lo personal
Norman Petrich: Se perdería sentir el frío endureciendo los dedos en lo alto. Se perdería “saber” de lo que habla Chico Buarque en “Construcción”. Se perdería saber porqué es más difícil ser albañil en las alturas que poeta. Se perdería lo que dicen estos versos de Las líneas tienen forma de gatillo que sirven para hablar de esta cuestión:
qué se busca?
pan?
una letra distinta:
paz?
si no hay pan para el pobre
no habrá paz para el rico
escribieron en el muro
que ayer levantamos
intentando trazar
una línea que separa
aquí donde el ojo se
para
a
VER
Espías Rusos: En ese libro tenés estos versos: “en una mano dice matar/ en la otra dice morir/ mejor dejarlas bien adentro”. ¿Cuánto de eso se pone en juego cuando tenés que laburar para comer o tomarte la notita que sabés que no podés dejar pasar? ¿Deja pasar mucha poesía, Petrich?
Norman Petrich: Creo que no se deja pasar mucha poesía. Sí que la poesía, en algún momento, te deja. Y está bien. Espero tener la entereza para aceptarlo, y la valentía para reinventarme. Pero no hacer parodia de lo que fue. Con respecto a matar o morir, creo que vale como acepción secundaria, como si de un partido de fútbol se tratase. O morir como se muere en un poema o en la cama. Alguna vez, un Norman Petrich con la mitad de los años de quien está contestando estas preguntas, supo escribir (aunque El matar o morir que citás del libro es mucho más duro, más cruel e injusto. Apenas lo llegamos a rozar, se nos escapa):
(...) al fin y al cabo había tenido que vivir
incontables muertes
antes de volver a nacer
en otro nombre
El editor Entrevista a Norman Petrich
Espías Rusos: Sos el director del suplemento Fractura de la Agencia Paco Urondo. Uno de los grandes suplementos que se están construyendo hoy en el país. Desde ese lugar ¿Cómo ves el panorama poético actual? ¿Te estás conmoviendo con lo nuevo o sentís que estás volviendo mucho a las voces ya conocidas de la poesía?
Norman Petrich: Por suerte, hay de todo. Primero, no me parece malo volver o sostener estilos que tienen tradición o largo recorrido. O revisitarlos. El tema es cómo. El qué le aportás de -este momento-, de tu mirada, de no sostener un esqueleto, nada más. En ocasiones, me conmueven formas de expresiones poéticas muy alejadas de la que puedo intentar desplegar.
A veces siento que hay un movimiento a favor de la fugacidad constante. Hay cosas que recién se muestran y ya se quiere pasar a otra, en poco tiempo se lo da por perimido. Y el presente suele ser más multifacético, no sólo binario, aunque el algoritmo marque eso.
Petrich: a veces siento que hay un movimiento a favor de la fugacidad constante”
entrevista a norman petrich
Si partimos de este punto, puede que consigamos asentar estos borbotones de federalización que parecen surgir desde un montón de rincones: entendiendo de dónde venimos, sin descartar todo lo ya hecho y arrancar todo el tiempo de cero, con audacia en los momentos que se la necesite y rompiendo con los cercos que pueden establecer quienes manejan el mercado y cierto canon.
Espías Rusos: También, nos gustaría saber qué pensás de la siguiente idea “Hay más escritores que lectores”. Y, en consonancia ¿Dónde creés que van a terminar los libros que se publican hoy? En términos de que cada vez se imprimen menos copias y cada vez se publican más libros.
Norman Petrich: Confundir el mensaje con su velocidad, a veces logra que ciertas frases queden firmes sin que se debatan. “Los libros de poesía no se venden”, es otra. Trabajé en tres librerías (una propia). En todas se vendía.
Estamos en una etapa donde se piensan nuevas estrategias para contrarrestar la concentración lograda por los oligopolios del sector. García Canclini decía: “trabajar en los márgenes del mercado para que no sólo sea éste quién diga desde dónde nos reconocemos o nos rechazamos”.
Algo a lo que es interesante prestarle atención es que las editoriales pequeñas, cada vez dejan menos material en las librerías y participan más en ferias. Son los editores quienes atienden los stands y la salida de esos libros suele ser más rápida por esa vía, en el contacto directo con el lector. En las librerías corren el riesgo de que no se les de importancia ante tanta “competencia”.
entrevista a norman petrich
Otras, apuestan a ediciones artesanales con números muy pequeños. Por supuesto que eso cambia la forma de relación con el lector. El lector tiene que sentirse atraído por el material ya que probablemente sea él quien tenga que acercarse. En eso debe funcionar como puente la difusión, para que se den a conocer también esos escritores del margen.
Tampoco voy a decir que son mejores, hay de todo, siempre. Por eso también son necesarias las grandes editoriales, porque sino las masificaciones serían imposibles. El tema es cuando se concentran tanto que se convierten en verdaderos jurados de qué se puede leer y a qué no tiene sentido darle algo de importancia. Más cuando manejan concursos importantes y juegan a devolverse sonrisas con ciertos canonizadores.
La actualidad política Entrevista a Norman Petrich
Espías Rusos: Finalmente ¿Qué pensás que nos dejan los gobiernos tanto de Santa Fe y Nacional después de su paso? Tal vez, sea difícil pensar o responder esto entendiendo que todavía no ha pasado nada, o al menos que no ha pasado todo. Cuando pensás en una salida… ¿En qué pensás?
Norman Petrich: Difícilmente no se deje huella. Porque el no hacer o hacer para una élite también deja huella. Y la forma en que encarás el trabajo con las herramientas que tenés a disposición, también. Por ejemplo, sos responsable cultural del nivel que sea en un estado X, donde contás con un festival literario anual, una feria del libro, para dar ejemplos.
¿Cómo vas a encarar esos eventos, cuáles van a ser tus prioridades? ¿Vas a intentar que todas las expresiones estén representadas o vas a hacer un corte importante usando al famoso santo criterio como valla infranqueable? ¿Les vas a dar ventajas a las editoriales de tu zona para que estén presentes mostrando el trabajo local o va a ser simplemente “se la queda el mejor postor”? Cuando tuve la suerte de coordinar la feria de libros del Festival Internacional de Poesía Rosario, trabajé con gente cuyo criterio era que entraran todos los criterios.
actualidad
Quiero contar una experiencia que puede resumir el “pensar una salida”. Hace unos cuántos años, nos reunimos escritores de la zona para pensar la situación del sector, y allí nos dimos cuenta que tenían que estar presentes los editores, que fueron invitados a la segunda. Con ellos presentes en esa segunda, nos dimos cuenta que tenían que estar presentes también los libreros. Porque una solución que sirviera no podía ser encontrada sin todos los actores formando parte.
En el análisis uno podía detectar que había muy buenos escritores en la ciudad, buena y variada cantidad de editoriales, pero una limitación muy importante en la distribución y un escaso conocimiento por parte de libreros como puente con los lectores. Una distribuidora estatal, que trabaje con una editorial estatal y también con el resto de las editoriales se vuelve un punto clave en ese accionar. Y una intensificación de ferias, eventos o la participación de los autores locales en los mismos.
El Pintor
1
cuídate de los hombres que pintan
un hombre que pinta
puede estar haciendo
no sólo eso
mientras lo ves aplicar
enduido en las paredes
puede estar pensando en su hijo
y todavía le sobra tiempo
mientras lo ves pasando el fijador
puede estar pensando
en su compañera
y todavía le sobra tiempo
mientras lo ves
dándole las manos de pintura
(de ese color
tan a la moda que elegiste)
puede estar pensando en rojo
y todavía le sobra tiempo
puede que en este momento
en el cual recoge sus herramientas
para marcharse
piense que debe haber más hombres
que pintan
y piensan
que se puede hacer algo más que pensar
algo más que pintar
algo más que conformarse con las sobras
y decir todavía
antes que la palabra tiempo
2
cuídate de los hombres que pintan
un hombre que pinta
puede estar haciendo no sólo eso
mientras lo ves aplicar enduido en las paredes
colgado de una silleta a 20 metros de altura
puede estar pensando en su hijo
y todavía le sobra tiempo
mientras lo ves pasando el fijador
subido a un andamio a 10 metros de altura
puede estar pensando en que hoy
no verá a su compañera
y todavía le sobra tiempo
mientras lo ves
dándole las manos de pintura
(de ese color
que le dijeron elegiste)
puede estar pensando en rojo
y todavía le sobra tiempo
puede que en este momento
en donde está recogiendo sus herramientas
para entregárselas al encargado
antes de marcharse
esté pensando
que debe haber más hombres
cansados de pintar
y de pensar
que se puede hacer algo más que pensar
algo más que pintar
después de todo
apoyar un cuchillo en el cuello de otro
no es más que una alternativa
para quien viene
contentándose con las sobras
mientras siente pasar al tiempo
3
he visto a este hombre
aplicar enduido en las paredes
pasar el fijador
darle las manos de pintura
(de ese color
bien a la moda que he elegido)
y me da miedo
es un hombre que parece
estar haciendo no sólo eso
parece estar en otra parte
pensando en no se qué
con los ojos en rojo
(quizás en su compañera y su hijo)
habría que cuidarse de él
se lo he dicho a mi marido
pero el se mofa diciendo que
con todo lo que le sobra para hacer
para ese hombre
estar pensando
sería una perdida de tiempo
Fe de erratas: por una cuestión de formato el poema no respeta su diagramación original
Para conocer más sobre el autor:
Nació en Hasenkamp (provincia de Entre Ríos, Argentina) en 1972. Reside desde el año 1975 en la ciudad santafesina de Rosario. Milita en el Colectivo Editorial Último Recurso. Tiene editado cuatro libros de poemas “Bajo la sombra de tu nombre” (1998), “La espera” (2000), “Fuegos levantados en las sombras vigiladas” (2002) y “De qué boca caerán los silencios” (2007) y “Las líneas del futuro tienen forma de gatillo” (2023), entre otra cantidad de publicaciones. Es director del suplemento Fractura de la Agencia Paco Urondo. Pintor y militante.
Poesía, cine y actualidad.