
Las nupcias del Jardín – Poesía de Mirta Venezia
Por Edda Sartori
El otro tiempo del jardín
El jardín es, por tanto, un lugar de redención.
Byung-Chul Han, Loa a la Tierra poesía de mirta venezia
Las Nupcias. La maravillosa incertidumbre de las bodas. Desde la presencia de lo sagrado a desconcertante o acatado rito, apasionado o formal, tan peligroso como fascinante. Intrépida moldura de lo recóndito en ese rumbo hacia el secreto, esa cifra a develar. Nupcias, nubo, nubere, velarse, cubrirse y a la vez develarse, desvelarse, descubrirse. El velo que cubre esconde a la novia inaugura el misterio pendiente, el entretejido de lo entreabierto en el jardín de la búsqueda y la conciencia. Lo que encubre, el secreto y la apertura.
Cada flor, pétalo, ramaje que la voz poética va nombrando reflejan como síntesis de vida y muerte el peregrinaje de esa voz del poema que delinea memoria y espera, más allá del cerco del jardín, en una provocadora oscilación de imágenes frente a las que se diluyen los límites y lo fugaz se eterniza. Acontecimiento de vida y acontecimiento poético. La perseverancia y fidelidad de la Bromelia y el pánico de lo fugaz del cerezo en flor.
Las nupcias y los jardines nos convocan al jardín de las Hespérides, a los bosques celtas, a la magia del sueño de la noche shakesperiana. A las escenas del Jardín de las Delicias, a la alegoría del Jardín del Paraíso, a los estanques de agua de las mil y una noches.
El jardín como símbolo cósmico, metafísico, místico. Mirta Venezia
Cito de La ribera dormida
sobre las ondas del paraíso / pequeñas flores de durazno /hay plumas de grullas / moteando la ribera dormida / un pescador / quiere apresar la luna entre bambúes
El susurro y el énfasis. El candor y temblor de la alegría, el erotismo, la expectativa del amor y la contrafigura del vacío, el desamor, la espera incierta, la violencia.
Cito de Caracoles amargos Poesía de Mirta Venezia
apostaste al dulzor de la mañana / al jardín de los cerezos / te asaltaron caracoles amargos / como una madre protegiste a la cría / hasta debajo de las piedras / imploraste vivir / cuando brilló el cuchillo / abriste la casa de la fe
En el hijo que perdí, Mirta Venezia dice:
me fui a lomo de un caballo negro / para que tu oscuridad no me descubra / me fui tan viva
Lo disfórico y la plenitud. La alternancia de la ensoñación y lo cotidiano. La figura de la aflicción y del sometimiento (la amazona cautiva) y la libre cazadora que se margina del tiempo
En Nonata I cito:
angustia de no hallarse ni en las flechas del carcaj / huye cazadora / el peso ligero del olvido / te atraviesa / no puede descifrarte
El poemario deviene, transforma su cuerpo lúdico, representa así su puesta en abismo desde el candor de las Nupcias primeras cuando dice ah Bromelia del más allá / vendrás a decirme / mientras tiemblo / que he llegado a casa y expone su metamorfosis a través de diversos pasajes poéticos (Trabajo en sombra, La caída, Novia del aire) en plenitud de enunciados de búsqueda, pérdida, dolor ave o sombra donde su transfiguración va iluminando sus propios tránsitos.
El mundo como extrañeza, devoración y redención.
En Pérdida (Trabajo en sombra)
fundo de nuevo el jardín / bendigo / al fruto suspendido en una rama vieja / hasta que caiga / ahí como si fuera un perdón
La gula (La caída)
Ah el animal que me clava su osamenta / cuánto placer acumulado
Y en Cuidados de la huerta II (Novia del aire):
la naturaleza es feroz para un espíritu en vuelo
Seis poemas cierran este libro a modo de epílogo o separata, rescate de liberación y transformación del yo que concierta su intimidad con los bosques, con la fuga, con la errancia, con el recorrido mítico y atemporal, con el encuentro del amado más allá del tiempo y el espacio en la plenitud de un acto ficcional y simbólico.
Quiero cerrar con un fragmento de esta serie de poemas. Aquí la voz lírica se vuelve alabanza del encuentro amoroso. Una ascesis erótica, donde el velo, la nubosidad de las Nupcias primeras se desata, podríamos decir, se desacata, en esa voz primordial, virginal, del poema. Del poema III de la serie final de poemas:
vegetal al que puedo treparme
con estas manos ciegas de mirarte
estoy llegando a la desnudez
asciendo
son certeros los designios de los dioses

Tres poemas Poesía de Mirta Venezia
El hijo que perdí
árbol saturado de nísperos
piel tirante bajo el golpe de puño
-vos con tu almohadón de espinas-
tus ganas de callarme entre los dedos
me fui a lomo de un caballo negro
para que tu oscuridad no me descubra
me fui tan viva
cuando llegue al paraíso
el hijo que perdí me abrirá los brazos
a salvo
pronunciaré su nombre
Niña muerta
la vida nunca fue abrigo
no hubo amuleto que ampare
no hubo nido con pan de miel
ni mirarlo dulzón
ni música del cielo
solo viento
un viento alucinado
guardián de las peores maravillas
que agitó las campanas de las seis
y avisó a los vecinos de una niña muerta
todos huyeron
hice la jaula para vivirme
bebí la leche de una loba cercana
de un sorbo crecí
náufraga de mala vida
La gula
una parte de mí quiere salvarse
huye por los pasadizos donde sueltan a los toros
huye para no ser aniquilada
otra parte de mí no quiere salvarse
equivoca el escenario
la sombra
la noche del amor
despedazada
ah el animal que me clava su osamenta
cuánto placer acumulado
Para conocer más sobre la autora:
Mirta Venezia, nació en Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Estudió Lenguas Vivas Presidente Roque Sáenz Peña y en la escuela de Psicología Social de Enrique Pichón Riviére. Es creadora del grupo literario virtual VENEZIA contigo dedicado a la difusión de poesía. Participa en el Festival de La Mujer en Las Letras en México, en el Centro de Estudios sobre la Mujer de la Academia nacional de Historia y Geografía de la UNAM. Co- conduce el ciclo literario Los sueños de Casandra.
Obras publicadas: Pasionaria, La temida palabra, Los espejos, Bosque de Helenas y Las nupcias del jardín.
La autora de la nota: Edda Sartori

Nació en Buenos Aires. Escribe poesía, narrativa y ensayo. Se graduó en Letras y se dedicó a la docencia universitaria y al periodismo. Dirigió y produjo publicaciones, documentales, video arte y arte ciencia, muestras interdisciplinarias y programas de radio. Libros publicados: Los Olintos, La Facunda, Los himnos leves, De esa índole, Última Sustancia. Primer premio de poesía, Celebración Cultural del Idioma Español, Universidad de York, Toronto, Canadá. Sus poemas, relatos y ensayos fueron publicados en antologías, diarios, revistas literarias y académicas en Argentina, Canadá, Norteamérica, España, Inglaterra, México. Obra sin publicar: Memorias de la Isla del Tesoro (novela) y El crimen del fotógrafo (nouvelle).
Poesía, cine y actualidad.