
Poemas de Kari Ardizzone
Breves comentarios biográficos
Antes de compartir los poemas de Kari Ardizzone, haremos un recorrido por algunos aspectos fundamentales de la biografía del autor. Nació en La Reja, Moreno, lugar en el que reside actualmente. Es estudiante de la Licenciatura en Artes de la Escritura en la Universidad Nacional de las Artes.
Desde 2021 da talleres de poesía, presenciales o virtuales, mensuales y/o anuales. Este año (2025) brindó el taller “Hablemos de ternura, compañeres” sobre poéticas disidentes, latinoamericanas y contemporáneas. Además está facilitando dos talleres anuales de poesía escrita por mujeres y disidencias, llamado “Susurros en la tierra”.
La pregunta rusa
¿Qué es la poesía para vos?
Para mí la poesía es pulsión de vida. Es lo que hago para vivir y a lo que apuesto. Mientras estaba corrigiendo la mini bio que les envío me puse a buscar las autoras que quiero que veamos en mis talleres en lo que resta del año, son tantas que siento que no me daría la vida para leer a todas, y son tantes a quienes aún no leo. Eso me entusiasma, incluso a pesar del contexto en el que vivimos no solo a nivel nacional, sino a nivel mundial. ¿Seré ingenuo? Puede ser. Pero estoy vivo, vivo, vivo.
Poemas de Kari Ardizzone
Supuran los eccemas:
habrá de nacer mi hijo envuelto en pus
carne de mi carne, abierto el cuello la axila
mi animal amante yacerá en mis cavidades.
El peso de mi gato descargado sobre mi pierna
como si un cansancio humano lo agobiara,
un cansancio que viene de otro tiempo,
de una vida de atrás de sus ojos,
que se cierran, el círculo de su cuerpo
y duerme, duerme a mi par como si encontrarnos
en este tiempo en esta vida fuera
la continuación de una historia que no empezó en verano
sino en el ayer de los años eternos
y se extendiera hasta la mañana del espíritu, que nunca cesa, que nunca acaba.
Cuántos días moriste entre mis brazos
hijo mío la horda de inconsciencia
estériles mis manos y tu cuerpo
traído por Caronte a la belleza,
abiertos los ojos ves de nuevo
a la madre que soy en aturdimiento,
mi hijo respira otra vez puedo
socavar la sombra de sus huesos.
Mi mano siguiese el camino de tus vértebras.
Tocase la humedad y el brillo de tu rostro.
Hundiese mi cara al recibo de tus pelos
me quedase ahí sintiendo el latido
de un corazón que me pertenece por momentos.
Pasase mi lengua por tus omóplatos
tus orejas, tu pene diminuto y viril.
Al final me echase a escuchar tu ronroneo,
tu cara sobre mi cara
y tu lengua áspera durmiendo en mis pezones.
Tengo un olor oscuro entre las piernas
las abro y ocupa mis fosas nasales.
El candor me arrebata
quiero correr por los prados de mi herida natal
soltar una carcajada de loca al escuchar el trueno de la vida.
Una calle me lleva hasta la casa que más conozco
y soy otra vez la bestia que aúlla a su monstruo.
Vení hijo mío, oleme, ¿no ves?
mi cráter es tu alimento favorito, lamelo
y dame de comer de tu torrente.
FE DE ERRATAS: EN LA VERSIÓN WEB PARA CELULARES, LOS VERSOS PUEDEN NO RESPONDER A SU EXTENSIÓN ORIGINAL
Para conocer más sobre el autor:
Kari Ardizzone, 1990, Buenos Aires. Creció y vive en La Reja, Moreno. Estudia Licenciatura en Artes de la Escritura en la UNA. Participó en diferentes antologías. Publicó dos libros de poemas: La forma más autónoma del cuerpo (2020, Agua Viva Ediciones) y oro cuarzo blanco amatista obsidián (2024, Lumpen Editorial). Formó parte del colectivo Más Poesía. Participó de diferentes antologías y en 2024 fue invitade al Festival Sudaka de poesía Marica Machorra Trava Cuir, que se realiza en Bolivia cada dos años, participando también de su antología. Le molesta que le digan mujer, sus pronombres son elle o él y se refiere a sí misme como no binarie.
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