Poemas de Eugenia Coiro

Eugenia Coiro

Poemas de Eugenia Coiro

Breves comentarios sobre su vida y su obra

Antes de compartirles los poemas de Eugenia Coiro, es preciso repasar algunos breves aspectos de su vida. Es una poeta nacida en el año 1978, en pleno transcurrir de la dictadura cívico militar. Estudió periodismo, tarea que ejerce junto a la corrección literaria. Además de todo lo mencionado, es una poeta comprometida con la creación de espacios culturales para propios y ajenos.

En una entrevista con el programa de Radio Brote Poético le preguntan si piensa a la poesía como un ordenador, y la autora contesta: No veo a la poesía como un ordenador. Me parece que intentamos estructurar lo que vemos para no quedarnos ciegos (ni sordos) de tanto. Pero no veo a la poesía como un ordenador sino como una parte más del caos. (…) Eso no quita que uno intente ordenar ese caos desde la forma.

Poesía y libros publicados.

Además, ante la pregunta concreta “¿Qué es la poesía?”, para el blog La infancia del procedimiento, Eugenia Coiro expresa: Un filtro para ver mundos. Una lupa que aumenta y quema. Una cámara oscura llena de música. Un procedimiento para revelar secretos. Una rendija en la puerta entornada que da al jardín. Lo que se ve a través de ella agita los sentidos. Lo que se escribe agita la lengua. Vibra el cuerpo. Cuando insiste en latir toma la forma de un poema.

Finalmente, la autora ha publicado diversos libros. Algunos de los últimos hacen este recorrido poético: El presente puede ser bastante prolongado en cualquier tipo de encierro (Caburé, 2024), Souvenir La canción repetida (Ediciones En danza, 2023), Espacio interior (Tren instantáneo, 2021).

Con ustedes, los poemas de Eugenia Coiro

Dos poemas del libro: El presente puede ser bastante prolongado en cualquier tipo de encierro (Caburé, 2024)

V invasión extraterrestre es furor
la vida: delantal blanco
vasito de leche con chocolate y pan
mis compañeros saben
con las hojas del cuaderno
armar las naves

estoy en el futuro
esos trajes puntudos rojos
labios que son delicadeza y horror

ya nos fuimos de la casa del abuelo
vivimos solas mamá y yo
en nuestro living un mural
otoño y bosque toda la pared

conozco una soledad nueva
ahora solo somos dos
cuando ella entra al baño
o cierra una puerta el tiempo
se alarga imagino que su piel
se abre en secreto y esconde
un extraño ser o un lagarto

me doy cuenta soy tan solo
una nena en este
mundo desconocido y estoy
completamente sola

Tuve los apellidos de mi madre
pueblos de dos casas
Galicia abuelo y abuela
piedras vacas verde montaña

a los seis dos nuevos
taparon los anteriores
en mi partida de nacimiento
el arreglo incluye un tachón

viví de prestado esa nueva casa
aprendí fácil a levantar la mano
tomaban lista y decía
soy yo
sin asomo de duda

mi padre biológico
décadas más tarde le ofreció
a esa hija bastarda que soy
él también su apellido

no acepté pero a veces pruebo
una entonación caribeña
dos nombres cinco apellidos
juego a la telenovela
esta historia de parches y tachón
cuenta algo de mí

Dos poemas del libro: Souvenir. La canción repetida (Ediciones En Danza, 2023)

Lisboa

Es verano y el sol pleno
pero la luz
entra en la ciudad
acariciando una tonalidad naranja
pone dulzura
sobre los azulejos partidos

Las calles todas van
hacia arriba
y las sonrisas
se hacen cada vez más
sueltas

Cómo puede ser
una amabilidad así
tan cerca del mar
Monasterio de San Clodio

Dormí tan profundo
hasta olvidar
el calor del día
al resguardo de esas paredes
tan anchas que separan
un mundo del otro
elevan el deseo o lo entierran vivo

Tomemos algo acá
olvidémonos el sol
pidamos un café una coca

en el bar solo encontramos un cartel
habla del honor
fantasmas confundidos en las mesas
dejando pasar el mediodía
nos acomodamos en unas sillas altas
frente a la barra desierta
nadie detrás del mostrador
y suena una música
música de otra parte
qué tendrán que ver el jazz y estas arcadas del siglo VI

Buscamos afuera
tal vez el verde galicia que crece hasta en la piedra
nos quite el gótico de la mirada
en el parque atravesamos el último gran patio
una verja y la piscina
niños que se tiran bomba y de cabeza
grititos

como en un sueño
al borde nos observamos
las nubes salvadoras
este árbol demasiado bajo
hormigas lentas y gordas
se pierden entre la tierra

Un poema del libro Espacio Interior (Tren instantáneo, 2021)

Debo haber malentendido algo
del trauma
no supe quedarme fija
y avancé
o será que el tiempo vino
a un ritmo loco
cada vez más acelerado
haciendo torbellino de hojas y cosas
disimulando la herida
en el viento
Debo haber malentendido algo
las instrucciones
no me ayudaron
busqué
una perilla un engranaje
una respuesta
la salida la entrada
Debo haber malentendido algo
el yo parece
a punto de estallar
por los bordes desordenado
y el centro gravitacional intacto
sin caída
sin saber rodar cuesta abajo
Debo haber malentendido algo
algo de ser mujer
humana o animal
tal vez
hubo una falla
Huelo ceniza
como una roca ese deseo
el suelo yermo
carbón sedimentos del volcán
Debo haber malentendido algo
Supe millones de estrellas
sus nombres
la ubicación exacta en el círculo
pero debo haber malentendido algo porque
estoy en esta cabina en la que caben cinco o seis
hasta siete personas sentadas
llevo los controles
firmes en mis manos
y avanzo
avanzo rápida
hasta puedo cerrar los ojos
no hace falta ver
en esta oscuridad la noche es mar
y es infinito
este deslizarse perpetuo
en el que espero su voz
al oído
tranquilizándome
su voz
una sensación de alivio en mi espalda
Debo haber malentendido
quizás he olvidado
algo
algo importante




Para conocer más sobre la autora:

Poesía, cine y actualidad.

Compartir en:

POSTEOS RELACIONADOS