Poemas de Facundo Podestá

Facundo Podestá

Poemas de Facundo Podestá

Breves comentarios sobre su vida y su obra

Antes de compartirles los poemas de Facundo Podestá, vamos a realizar un breve repaso por algunos aspectos de su vida y de su obra. En primera instancia, es necesario saber que el poeta nació a las orillas del Río Paraná en la localidad entrerriana de Paraná. Sin embargo, desde hace varios años reside en la ciudad de Neuquén, ciudad desde donde, junto a otros poetas y escritores, están trabajando en pos de la poesía con humildad y afecto.

En relación con esto último, es preciso conocer que, junto a Mauricio Giulietti sostienen el sello cultural y editorial @Cosaseria. Cosa seria es un proyecto amplio, ambicioso y amoroso. No sólo editan libros, sino que, además, son una librería virtual que se encarga de acercar a Neuquén a autores de todas partes del país que han publicado sus libros por editoriales autogestivas e independientes.

Si bien ha participado en distintas antologías como Paisajes de la Infancia (2021) o Sentir Malvinas (2022), su primer libro llegó a la luz en el año 2023 y dio por llamarlo Cowboy. Desde Poesía Holística mencionan acerca de dicho libro y de la poesía de nuestro autor:

Hay poesías que usan muchos recursos, tecnicismos, metáforas, analogías y el “poema raíz” suele estar camuflado entre todo eso, logrando así un bello misterio poético. Y también está la belleza de estos poemas, que con una simpleza minimalista y amena, nos recuerda momentos que pertenecen tanto a nuestra infancia como a la infancia de varias generaciones de nuestro país, situándonos en una escena tan personal e íntima, como popular.

Con ustedes, los poemas de Facundo Podestá

Los cuises corren a la vera del camino

Son todos de color gris y andan
en familias numerosas
en fila india

Cuando el sol de la siesta
parte la broza
se confunden
con hoyos y sombras
inmóviles
y ante el mínimo atisbo
de amenaza
desaparecen en los pajonales

Vos querías un cowboy
de puntería certera
que los diera vuelta
uno
a
uno
como tarritos colgados
del alambrado

Yo aprendí a tensar el caucho
a centrar la horqueta
a apuntar
con los ojos bien abiertos

Pero nunca pude
atentar
contra un cuerpo vivo

I

En la foto un pibe saluda
rosando el margen superior derecho
mientras el sol aplasta las sombras del mediodía

Hay un pasillo de casas blancas
construidas en serie y en espejo

Como el pibe está en el centro
no se sabe a dónde lleva esa perspectiva
lo que sí se sabe es
a dónde va él

El rojo del guardapolvo se destaca
y el moño a cuadros le ocupa el pecho
desde el cuello hasta la panza

Esa sonrisa la va a conservar
por siempre
a medias

II
La foto se estremece en mi mano o es
mi mano la que se estremece
en este mundo tan diferente
y tan lejos
de un jardín

Mi abuelo aferra mi mano

No sé cuál de los dos:
el campechano religioso
que me puso al Cristo en los labios
o el citadino orgulloso de perpetuar su linaje

Yo
un cachorro apenas
que intenta
estar a la altura del mandato

Llevo camisa
pantalón de vestir y chaleco
El moño heredado de la comunión de mi padre
me estrangula el brazo

En la fila hay muchos como yo pero
nadie teme
cómo es no temer a un dios
que sabe

Mi abuelo me mira
(no sé cuál de los dos)
y me suelta la mano

Mi mirada está al frente
en lo alto de una cruz que no entiendo
que no voy a entender nunca porqué debo amar tanto
sufrimiento

El cura recita los versos que sé de memoria:
debo avanzar
un pie delante del otro
seguir al rebaño y superar el miedo
de que ese cuerpo
entre en mi boca
y sepa a sangre

Me miro los cordones de la zapatilla

Son blancos 
con un hilo rojo que los atraviesa

Un profesor nos hizo calcular
la cantidad de azulejos necesarios
para el túnel subfluvial
(también blancos)

Este pasillo bien podría llevarme
a otro lado

Estoy en un banco de plaza
de patas de hierro
y asiento de tablas paralelas

Sentado bien atrás mis pies
no llegan al suelo

Los hamaco como si tuviera ocho años
no tengo ochos años, tengo quince
un metro setenta
y sesenta kilos
(me lo acaban de decir)

El nosocomio es muy viejo
y las baldosas de granito
sin juntas
son blancas

En unos minutos alguien
me va a informar
que debo quedarme unos días

Se me viene a la cabeza
un recuerdo imposible:
ya atravesé un túnel
en un lugar así
hace mucho tiempo

Era rojo

Entrelazo mis manos
las froto una y otra vez
las escondo bajo los antebrazos
los pies bajo los muslos

El frío es extremo

Hay
junto al omoplato derecho un nudo
de sostener la vista en mundos imaginarios
echado de espaldas
tiembla
el índice al borde de la página

Pieza a pieza esta casa
se ha derrumbado antes
y fue fundada como una ciudad
una y otra vez
sobre sí misma

Me abrazo las piernas
y me balanceo
como un metrónomo
haciendo preguntas al ritmo
del anhelo

Una cicatriz en las costillas delata
que he intentado escapar

En cada crisis los intereses se elevan
estoy endeudado con la piel
le debo horas de sol
y caricias ajenas

Para nacer es necesario
infringir un dolor atroz
a alguien
que va a amarnos
el resto de su vida

Esa fue la promesa

Para conocer más sobre el autor:

Poesía, cine y actualidad.

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