
Entrevista a Ohuanta Salazar
¿De qué trabajan los poetas?
En esta entrevista a Ohuanta Salazar, dialogamos sobre su vida, sobre la relación que existe entre su profesión de bioingeniera y su trabajo de escritura. Además, nos contó de sus inicios como escritora y sobre algunas concepciones forjadas en el camino de sus procesos migratorios. Para tener en cuenta: Ohuanta presenta este viernes 9 de mayo su nuevo libro “Oro verde”, publicado por la Editorial Camalote que dirige el escritor Ferny Kosiak.
Ohuanta Salazar: poeta y bioingeniera
entrevista a ohuanta salazar
Espías Rusos: ¿Cómo se presenta Ohuanta? Vos naciste en Tucumán y después, junto a tu familia familia, migraron a Jujuy. ¿Cómo fue ese proceso?
Ohuanta Salazar: Soy una tucujeña. Sí, es verdad. Fue cuando tenía once años. Me cortaron toda la primaria; el séptimo grado no lo pude hacer con mis amiguitos de siempre. Nos fuimos a vivir a Jujuy por una situación laboral de mi mamá.
Cuando llegamos a Jujuy encontré amigos, gente muy amigable, muy amable, a pesar de que por ahí a veces el norteño parece cerrado. Me enamoré enseguida, tanto que en ese año creo que hice más amigos que en toda mi vida en Tucumán. También ayudó que en Jujuy fui a una escuela pública.
Ohuanta Salazar: poeta y bioingeniera
Espías Rusos: Y vos hiciste el último año de la primaria. Y después fuiste a una escuela técnica. ¿Cómo fue ese movimiento?
Ohuanta Salazar: Fue por descarte, fue porque no entré en el sorteo de la Escuela Normal ni en el del Colegio Nacional. Y yo pensé, con gran alegría, que ya no iba a ir a la secundaria. En ese tiempo la educación era obligatoria solo hasta la primaria, pero ahí justo a mi mamá le llega la noticia de que la escuela técnica se abría para mujeres. Y me inscribió. Éramos poquitas mujeres, éramos tres. Ahí todas juntitas hasta que pude hacer amigos varones.
Ohuanta Salazar: poeta y bioingeniera
Espías Rusos: ¿Cómo es pasar de un lugar a otro constantemente? ¿Qué te deja eso?
Ohuanta Salazar: Yo creo que me formó mucho. Porque si bien soy arraigada a mis culturas, a mis cosas, y me llevo la R para todos lados, ahí – en el despojo – se trabaja el ego de uno también.
Porque cuando vos sos de un lugar la gente te conoce y con suerte te respeta y te quiere. Pero cuando te cambiás a otro lado en que “no sos nadie”, empezás de nuevo. Y no sos nadie, pero sos vos, teniendo que volver a mostrar quién sos. Lo hermoso es no tener testigos de qué hiciste. Todo el prestigio o deslegitimación se pierde.
Inicios en la escritura
Espías Rusos: ¿Y te da también quizás una libertad de ensayar otras formas? Y hablando de esa nueva transición que implica irte a Entre Ríos, ¿fue antes o después la escritura?
Ohuanta Salazar: Desde chica me gustaba la poesía, y fue porque la entendí mal. Cuando me enseñaron la poesía, me enamoró Alfonsina Storni que decía “a la montaña nos vamos ya, a la montaña para jugar”. Yo le contaba a mis abuelos en Obanta: hoy aprendimos cuentos con renglones cortos. Y eso me marca porque mis poemas son re narrativos. La poesía me gustó, sin entenderla.
Espías Rusos: Y en qué momento empezás a entender la poesía como la conocés hoy, o lo más cercano a lo que la conocés hoy. entrevista a ohuanta salazar
Ohuanta Salazar: Creo que cuando cursé física cuántica. Desde ahí que yo no veo a la ciencia por un lado y a la poesía por el otro. Física cuántica incluso podés leer sin saber nada de física. Algo vas a entender.
Inicios en la escritura
La física clásica, que es la de Newton, ve a todos los cuerpos como si fueran un puntito en su centro de gravedad. Ahora, la cuántica hace una lupa y se va cada vez más chiquitito, y al irse a algo tan chiquitito, a la subpartícula, empieza a encontrar cosas mágicas. Decís: che, yo soy más infinito de lo que creo.
Espías Rusos: ¿Vos viste que en esa física había un lenguaje que dialogaba con el lenguaje poético cuando cursabas o lo interpretás ahora como un recorrido?
Ohuanta Salazar: en el momento que lo estaba cursando, porque de hecho tengo algunos apuntes que sobrevivieron. Siempre escribía al lado de algún apunte, cuando sentía que descubría algo. Pero bueno, era lo que me salía. Se ve que sí, al estudiar un tema, me salía escribir un poema sobre los temas que iba aprendiendo. Es más, yo creo que me iba haciendo menos ingeniera y más poeta.
Espías Rusos: ¿Cómo decide o aguanta la tucucujeña ir a estudiar esta carrera?
Ohuanta Salazar: Fue que en tercer año. Me quería ir de mi casa y de la sociedad jujeña de ese momento. El punto es que participé en unas olimpiadas de química. Yo no sabía qué era bioingeniería ni nada. Pero un día pasaron unos tipos promocionando esa carrera. Oro verde, estando en Jujuy, no existía para mí. Y justo me apareció esta gente. Por eso les digo, no sé si consciente o inconscientemente, cuando vi una carrera distinta que no existía en ningún lado, dije listo, esto es lo que me salva de vivir con mi papá. Y después vine a trabajar acá, a Buenos Aires, como bioingeniera, pero no me recibí, faltaba re poquito.
Oro verde: el comienzo

Espías Rusos: ¿Y cómo llegás a Oro Verde por primera vez?entrevista a ohuanta salazar
Ohuanta Salazar: Estaba pasando casualmente por la ruta de esa a visitar la familia en un lugar de Entre Ríos que pasaba por la ruta 11. Vi la facultad y dije, ché, paremos acá, veamos. Y ahí la conocí. Me enamoró que las calles perpendiculares eran árboles y las calles paralelas eran pájaros. Me encantó. Mi primera casa ahí fue en Los Zorzales.
Espías Rusos: Durante el tiempo que estuviste cursando en Entre Ríos ¿Hiciste paralelamente talleres o escribiste más formalmente?
Ohuanta Salazar: No, de hecho mi profe de Jujuy cuando me veía me decía ¿Y escribiste algo? ¿No? No puede ser. Se volvía loco con que no escribiera. De hecho no leí nada de literario en esos años. Ya casi terminando, empecé a leer Poesía. Fue Diana Bellessi. Me sentía comprendida en su poesía, pero después me llegaron Gelman, Thénon y Juanele.
Espías Rusos: ¿Y cómo fue esa nueva relación con la poesía?
Ohuanta Salazar: La crisis de los 40 (que todos le escapan) para mí fue lo mejor. Ahí dije che, ¿Qué quiero? Y yo quería de nena esos poemas mal comprendidos. Bueno, entonces sentí como que era la niña que lo logró. Volví a escribir esos cuentos con renglones cortitos. Acudí a los que conocía. Y mi maestro de taller literario de Jujuy me conectó con Osvaldo Bossi y con Diana Bellessi.
Trabajo y poesía Entrevista a Ohuanta Salazar
Espías Rusos: ¿Qué hace un bioingeniero?
Ohuanta Salazar: Te dedicas a algo que va adentro del cuerpo o te dedicas a algo los equipamientos médicos que te ayudan al cuerpo. Y también está la línea que se dedica a toda la parte implantes, que también podrían ser neuroimplantes. Es toda la parte que sea electrónica relacionada con la salud.
Espía Rusos: ¿Qué relación hay entre extender la vida y la escritura de poesía?
Trabajo y poesía Entrevista a Ohuanta Salazar
Ohuanta Salazar: El cuerpo es un misterio en sí. Se dice que el cuerpo es -agresor- con todos los materiales (externos) que vos le quieras a poner. Pero en realidad es al revés: el que implanta está agrediendo al cuerpo. Esto me marcó mucho: meterle algo al cuerpo y buscar que no reaccione, que no se de cuenta, que no distinga si se le implantó un cartílago o un clavo.
Ahora se busca que sea biocompatible. Es decir, que el cuerpo sí reaccione, que el cuerpo sí inflame, porque se dieron cuenta de que cuando el cuerpo inflama se osteointegra, por ejemplo. Lo que se dice “un cambio de paradigma”. Ya no se quiere al cuerpo inerte, ni el cuerpo quiere algo inerte. El cuerpo quiere que lo provoquen, y eso es tan poético.
Trabajo y poesía Entrevista a Ohuanta Salazar
El cuerpo es un misterio. El cuerpo quiere que lo provoquen, y eso es tan poético.
Espías Rusos: ¿Vos creés que algo de esa idea de “no producir algo inerte” está atravesada en tu poesía?
Ohuanta Salazar: Escribo sobre temas que me provocan o me hacen algún daño. Puede que al otro no le provoque nada. Pero algo me movió a reaccionar. Además la bioingeniería es un choque entre el adentro y el afuera. Eso te hace pensar distinto.
Espías Rusos: ¿Y cómo te das cuenta que lo que estás escribiendo tiene vida? entrevista a ohuanta salazar
Ohuanta Salazar: Hay una cosa que pone el sonido de lo que voy a contar. Lo que voy a contar me tiene que dar un latido ¿no? Es como que le pregunto al poema ¿cómo estás? Bien, es la primera respuesta y ese el primer poema. Después le pregunto un poco más y me doy cuenta que no estaba tan bien y empiezan a pasar otras cosas.
Trabajo y poesía Entrevista a Ohuanta Salazar
Espías Rusos: ¿Cómo es tu lógica actual de escritura, escribís diariamente?
Ohuanta Salazar: Sí, me siento diariamente y escribo puras porquerías. He probado ser disciplinada, como en general escucho de los poetas, entonces me siento a escribir, pero no funciona y entonces leo. Después, si tengo suerte, vuelvo a la escritura. Tengo temporadas que escribo y sí escribo así medio rápido, pero después tengo que trabajar mucho.
Espías Rusos: Es la idea y después la forma.
Ohuanta Salazar: Sí. Le pregunto al poema y, hasta a veces, me enojo con él. Sobre todo cuando el poema está agresivo, cuando no me quiere dejar entrar. Como en la idea de que hay un cuerpo extraño que va a entrar a un medio agresivo. A veces, no sé si yo soy la que me estoy defendiendo o si se defiende el poema.
Espías Rusos: En tu poesía suele haber un movimiento de mayor a menor ¿Tiene que ver con lo que nos mencionaste de física cuántica?
Ohuanta Salazar: Creo que sí. Es que en la primera imagen nunca se está diciendo todo. Puede ser que quiera sacar otra capa, otra capa… entrevista a ohuanta salazar
Espías Rusos: También hay algo de la minería.
Ohuanta Salazar: Sí, ahí está el mineral. Insisto y ahí le pego un poquito y sí se enoja, se enoja, pero ahí está. Busco su corazón. Como en la minería, demoro en encontrar el poema, el corazón, la forma. Hay gente que lo encuentra ahí al toque, yo no.
Sí, ahí está el mineral. Le pego y si se enoja, se enoja. Busco su corazón
Espías Rusos: Hay gente que encuentra el corazón del poema primero, pero después le cuesta la forma.
Ohuanta Salazar: Puede ser eso. Yo si no le encuentro el corazoncito es como que no funciono. Lo que les decía: me parece inerte. Entonces chau, no está, el poema no está o se fue. Tal vez vino, y no lo agarré.
Espías Rusos: Pero ¿vos crees que hay algo ahí de la mirada también de un poeta que sabe dónde buscar o agarrar?
Ohuanta Salazar: Claro, sabes que no sé. Porque no tengo tanto conocimiento como para decir que voy a saber donde buscar. Me guían mucho los demás. Por ejemplo, escribir Oro verde surge en los talleres. Llevo estos poemas y me dicen: seguí por ahí, es tu agua. Los talleres me ayudaron para eso y también para robar mucho de lo que dicen los demás.
Espías Rusos: Ohuanta, vos trabajaste en una mina un tiempo. entrevista a ohuanta salazar
Ohuanta Salazar: Sí, trabajé en una mina (fue una pasantía). Era la primera camada de mujeres. Pero no pudimos entrar a los socavones. Porque si entraban las mujeres el diablo se enojaba y no te daba el mineral. Esa es la justificación desde el director de la mina hasta el minero más “intrascendente” de todos. Es algo sagrado. Intenté no meter el feminismo allí. Trabajé lo que se puede trabajar: desde la puerta de la mina hasta toda la parte de fundir el mineral y dejarlo granalla (si era plata) y en el caso del oro en lingotitos.
Espías Rusos: ¿Y en ese proceso, en la fundición del metal bueno, qué relación establecés con la escritura?entrevista a ohuanta salazar
Ohuanta Salazar: Es repoético. Me bochaban los informes porque tenían un montón de cosas mediolíricas. Ese proceso llevaba algo poético ya de por sí porque imagínate que ese pedazo de mineral era un pedazo del cerro. Es increíble cómo se extrae una piedra gigante del cerro y, posteriormente, se convierte en una línea ínfima de plata o de oro. Como en la escritura, después del proceso de molido (más fino) queda como una ceniza, y en esa ceniza está el mineral, el puro mineral.
Actualidad Entrevista a Ohuanta Salazar
Espías Rusos: Bueno, presentás el libro, ahora el 9 de mayo. Cómo surge ese proceso de escritura.
Ohuanta Salazar: Si, Oro Verde, aparece lentamente. Y fue por preguntas que me hacían los demás. No siempre mis poesías empiezan con un “Che, ¿y qué hacías en Oro Verde?” “¿Y qué es bioingeniería?” Entonces, estas preguntas de los otros, me hicieron preguntarme también a mí. Y ahí surgieron unos poemitas sueltos. No querían ser libro.
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Las preguntas de los otros fueron fundamentales, para hacer mis propias preguntas. Una pregunta fue llevando a la otra, y así un poema fue llevando al otro. Tuvo que ver todo, desde lo más propiamente relacionado a la bioingeniería, hasta la vida en ese pequeño pueblo llamado Oro Verde, donde dormíamos con las ventanas abiertas, y las calles estaban despobladas, y donde hacíamos las ollas populares entre los estudiantes.
Espías Rusos: ¿Cómo se conjuga esta vida que nos contás con el libro?
Ohuanta Salazar: Yo creo que Oro verde me prepara para el desarraigo, al contrario de Parado Obanta que tiene mucho arraigo a mi tierra, a mis raíces. Y creo que en Oro verde está el empezar a descreer un poquito de mis raíces y costumbres.
Actualidad Entrevista a Ohuanta Salazar
Por ejemplo: el locro ya no es exactamente como lo hacía mi abuela, hay otros locros. Hay cosas sagradas que se me van rompiendo y “dichos”. Darme cuenta que yo decía palabras en quichua que no sabía que las estaba diciendo en quichua.
Las naturalizaba contra todo: eran parte de mi adn. Aún lo son. No me quería ir, pero por suerte me pude desarraigar; y decir, a la vez, yo llevo mi erre conmigo, mis palabras en quichua conmigo, pero dejando entrar lo que no me fue propio en la infancia. Para el primero de agosto hago la pacha, pero también tomo la caña con ruda que aprendí en Entre Ríos.
Espías Rusos: ¿Dejar un tono y meterte en otro tono?
Ohuanta Salazar: Creo que Oro Verde me ayuda a salir de Parada Obanta también, como me ayudó Oro Verde a salir de mi realidad norteña y del esquema familiar que tenía, el esquema patriarcal que tenía del norte también. Oro verde me hizo dudar.
Definiciones Entrevista a Ohuanta Salazar
Espías Rusos: ¿Cómo definís la poesía? ¿Qué es para vos?
Ohuanta Salazar: La poesía es como los pasitos de mi mamá. Mi mamá tiene secuelas de poliomielitis. Entonces ella caminó siempre con un sonidito raro, yo no lo sabía. Me di cuenta cuando me fui a Oro Verde que me faltaba ese sonidito antes de dormir, que ella recorría la casa, tic, tic, tic. Era un pasito desigual, como un latido de corazón. Podría decir también que es como el peronismo, que nunca lo termino de entender. También podría decir eso,La carcajada de Facu (mi hijo) y Diana Bellessi.
La poesía es como los pasitos de mi mamá. Ella caminó siempre con un sonidito raro. Yo no lo sabía hasta que me faltó.
Definiciones Ohuanta Salazar
Espías Rusos: ¿Qué tienen en común los autores que te conmueven? Si hay algo en común, no tiene por qué haberlo.
Ohuanta Salazar: Estoy tratando de ver. Hay una musiquita que tienen en común, creo. No sé si yo se la imponía cuando la leía. Pero una musiquita tienen en común, al menos un latidito que yo le sentía a lo que escribían. Me pasaba y me pasa con Gelman, con Alfonsina. Siento que puede ser eso, la música y alguna cosa que decían que me entraba así como rayo.
Espías Rusos: ¿Qué es lo que más valorás de los espacios de taller? Hiciste el de Osvaldo, el de Diana, tal vez también hiciste otros, pero sabemos que tuviste buenas experiencias.
Ohuanta Salazar: Sin talleres no sé si escribo. Me importa esa dinámica. Me hace bien. Es el lindo compromiso de tener que producir algo. Además, me habilita el lugar de “choreo”. Me inspiran los otros. Yo iba a los talleres a veces sin imprimir poemas míos porque tenía ganas de escucharlos de los otros. Escuchar a los otros era mi lugar de aprendizaje.
Actualidad Entrevista a Ohuanta Salazar
En los talleres o espacios compartidos se dan dinámicas hermosas, pero uno tiene que saber qué tomar y qué no. En un taller que hice una vez uno me decía que yo “le copiaba el diminutivo a Diana”. Y yo pensaba que hay una ignorancia muy grande por las formas no-porteñas. En el NOA todo es ahicito, la piedrita, la casita, etc. Si ponés chabón, bondi, porrito estás haciendo poesía; pero si ponés changuito, cholita o lo que fuera, tenés que dar explicaciones.
Talleres de escritura
Me dijeron una vez: ¿por qué no pones poquita agua? Porque no es lo mismo. Cuando en el norte te ofrecen agüita, no es que te están ofreciendo poca agua, al contrario, te ofrecen un agua cálida, un agua amistosa, un agua con cariño. Hay que escuchar más. Y eso sí lo sentí un poquito hostil, porque un profe de taller baja línea para los compañeros que (a veces) repiten sin cuestionarse. Más aún si son maestros grosos.
Actualidad Entrevista a Ohuanta Salazar
Espías Rusos: Y ese es, de alguna manera también, transpolándolo incluso a algo mayor, el problema del canon también, ¿no?
Ohuanta Salazar: Tal vez ese sea el problema del querer ser parte. He participado de talleres virtuales donde algunos de La Rioja, o Corrientes, o bla, terminaban escribiendo “voy en el bondi” como si el urbanismo porteño, el urbanismo del tren, el del bondi, fuera el único urbanismo posible.
Espías Rusos: ¿Sentís que tiene que ver con el “querer ser parte”?
Ohuanta Salazar: Sí, pero bueno, a veces uno tiene que adaptarse y a veces no. Uno tiene que ver qué prioriza. Hay que ver qué… Como te decía, qué cosa pierdo de mi tradición y qué cosa gano con estas nuevas costumbres del otro lugar. Qué dejo y qué me llevo conmigo. El cuerpo siempre resiste. Tampoco soy religiosa de eso. El que es de Jujuy tiene que escribir de la llama y de la pachamama. No, no, no. Pero hay frases que son tan propias, tan de la esencia, no tendríamos que negarlas. entrevista a ohuanta salazar
Para conocer más sobre la autora:
OHUANTA SALAZAR nació en 1975 en San Miguel de Tucumán, creció en San Salvador de Jujuy donde se formó como Técnica Química, cursó Bioingeniería en la provincia de Entre Ríos y actualmente reside en Buenos Aires. Publicó Patios de Obanta, relatos (Ed. Tahiel, 2017); La Revancha de mis Pedazos, poemas (Ed. Tersites, 2018); Parada Obanta, poemas (Ed. Tren Instantáneo, 2022). Seleccionada para integrar la antología Homenaje a Nicanor Parra (Ed. Centro Chileno O’Higgins, 2018); Bardos y Desbordes II (Ed. Tersites, 2019); Antología Poetas de Tucumán 1960-1990 (Ed. Humanitas FFyL UNT, 2021); Antología Niñez (Ed. Camalote, 2023); PNU: Poesía de Necesidad y Urgencia (2024); Toda Poesía es hostil al Anarco-Capitalismo (2024). Es miembro del Centro nacional PEN (poetas ensayistas y narradores). Publicaron algunos de sus cuentos y poemas en revistas literarias: Revista literaria Monolito; Revista literaria La Papa; Revista El Ganso Negro; Hablar de Poesía; Resonancias Literarias, entre otras.
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