Poemas de Verónica Pérez Arango

Verónica Pérez Arango
Poemas de Verónica Pérez Arango

Previa de los poemas Inéditos del libro Tragaluz

Verónica Pérez Arango comparte poemas inéditos con Espías Rusos. La autora con un gran recorrido en el panorama poético argentino nos comparte sus archivos secretos. Ella, entre otros libros, publicó Camping (Vox, 2010), Un dibujo del mundo (El Ojo del Mármol, 2014/ Ediciones Liliputienses, España, 2015), La vida en los techos (Colectivo semilla, 2016), Hielo incandescente (Caleta Olivia, 2017) y Nadie duerme de verdad aquí (Caleta Olivia, 2021).

Con respecto al arte, sostiene: “La emoción está presente en la realización de cualquier actividad”. Por lo que es, tal vez, un adelanto de lo que encontraremos en estos poemas que tan gentilmente compartió con este medio de comunicación.

Inicios en la poesía

Con respecto a esto último, en una entrevista con Cronistas Latinoamericanos menciona: Supongo que entrados los 90 y luego en los 2000, la década de mi formación sentimental, ocurrieron algunos de los recorridos que me resultaron más importantes y formativos: la asistencia al ciclo de poesía coordinando por Delfina Muschietti, La voz del erizo, en el CC Ricardo Rojas, o las tardes enteras que pasaba en La Casa de la Poesía Evaristo Carriego.

En esa época también dirigí con unas amigas la revista literaria QUESQUESÉ 

Poemas de Verónica Pérez Arango (inéditos)

cualquiera podría tener pájaros 

anidando adentro suyo

una vez me contaron de un niño 

que crió golondrinas debajo de las mejillas 

como caramelos azulados y estridentes 

otra que de las axilas de una anciana 

brotaron plumas de pichones de hornero

más tarde las garras, por último la cabeza

*****

cuántas cavidades 

puede contener un cuerpo

*********

 por ejemplo 

 la huella de lágrima en el pómulo 

 quizá un caracol 

 diminuto que duerme y luego

 repta y lame

 encuentra el corazón

*-

estos son los días del llanto

los días del humor de vidrio 

escucho el eco 

de mi garganta 

como si un insecto mordiera 

fruta crocante, cercana 

estos son los días del tono bajo 

y yo tengo un miedo 

venenoso 

como de celofán 

*.

he decidido enmudecer 

no oír 

más quejas

seré 

la mujer que se esconde

podrán verla 

espiar a los hijos 

cuando llegan bajando 

con regalos 

por el pequeño 

tragaluz

*********

el mayor trajo una hélice y un trompo

la memoria de giros en la cuna 

de unos brazos que ya no reconozco

el menor trajo la fotografía de una fruta

en el instante previo a los moretones

en la cáscara, justo antes de la vejez

*

me escondí para gemir

envuelta en la cortina 

giré y giré hasta un capullo 

de organza y tiempo 

quebradizo

*****

les he pedido a ustedes

queridos míos 

que ya no vengan 

les conviene 

el exilio de esta casa helada

pero insisten, insisten 

son gatos rasguñando 

la puerta de la habitación 

antes de mostrar su trofeo 

de piel y hueso

¡voy a expulsarlos 

de mí para siempre! 

****

otra vez subió el hijo

por el pequeño tragaluz

parecía 

un animal pintado

de grises y amarillos

a toda velocidad iba

dejando mi cuerpo

por primera vez solo

qué noche traía 

atrapada en la boca

qué presagio escrito

con la estela de su cola

**

de madrugada entró el gato 

con un pájaro oscuro en la boca

ambos animales tenían el cuerpo tibio

pero el de plumas estaba muerto.

Para conocer más sobre la autora:

Poesía, cine y actualidad.

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