
Un texto sobre la nueva novela de Claudia Sobico
Un texto sobre la novela “Tiene memoria un cuerpo” que publicó Salta El Pez Ediciones. Claudia Sobico por Gabriela Borrelli Azara
Coartadas
Por Gabriela Borrelli Azara
“Quien tiene un cuerpo apto para muchas cosas, tiene un alma cuya mayor parte es eterna.”
Baruch Spinoza
La afirmación se esconde en el pasado, parece velarse en el presente fragmentado, en el cuerpo ausente pero protagonista. Efecto fantasmagórico que solo puede ser develado por la literatura, perdón, por lo poético. Si la afirmación de Baruch Spinoza Nadie sabe lo que puede un cuerpo, se transformó en pregunta extendida ¿qué es lo que puede un cuerpo?, el siglo XXI retrasa o esconde la respuesta. La intenta cambiar. Por eso la memoria poética, ficcional se presenta como la única llave para volver al inicio y revelar la artimaña, ese camino minado de coartadas del poder económico, patriarcal, tecno feudal que se confundieron en nuestras demandas y se disfrazaron en nuestras luchas. Coartadas del poder en nuestros lemas a los que volvemos luego de los años y las lecturas, a los que regresamos después de los libros.
Primera coartada: Del cuerpo no se habla
Se impuso como salvaguarda afectiva contra el bullying sobre todo gordofóbico, pero se extendió a la generalidad de la señalización defectuosa. Atrás muy atrás quedó lo de bancate ese defecto, para esconderlo y que no se hable. En todo caso, el falso empoderamiento de perder horas y recursos en modificarlo: para sentirse mejor, con una, con el otro. Gran coartada. De nombrarnos, de visibilizarnos a no hablar de nuestros cuerpos. Paradójicamente pareciera que de lo único que se “habla” es de los cuerpos. Como nunca antes en la historia, el cuerpo del otro se me aparece todo el tiempo, se impone: ya no hay nada que no veamos, los autores están en la tapa de los libros, en los que para verles la casa, en los ig, en las vidrieras. Todos vemos el cuerpo del otro, no hablamos pero vemos. ¿qué es lo que habla en una mirada?
“Rebalsan mis labios y lo escucho quejarse. Levanta la boca, se detiene a respirar y mira. Elimina todo contacto. Solo el olfato y la mirada quedan. Se me acerca a la cara y me convida el sabor de sus labios.” Si no hablamos del cuerpo, ¿cómo nombrar el sexo? duda en el aire que sobrevuela la novela.
Segunda coartada: Autocuidado
No se hablará del cuerpo del otro o del propio, pero se piensa todo el tiempo en él. Somos más que nunca conscientes de sus mecanismos, sabemos cómo funciona el intestino, el hígado, cómo trabajan las proteínas y el azúcar, si me preguntan hubiera seguido feliz en la ignorancia pero ustedes me obligaron a saber el daño que hacen las harinas, gran aliadas por otra parte de las resacas. Ese conocimiento cuasi médico de nuestro cuerpo obliga inmediatamente al cuidado de lo que estás haciendo mal. El autocuidado no se da sin la proliferación de información sobre cómo cuidar. Regreso involuntario a las recetas de abuela y de cocina que era fruto del poco acceso a la medicina. Primero el autocuidado, la cúrcuma para desinflamar y después el ataque a la ciencia. Yo no me quiero poner paranoica pero puede haber una línea ahí. La literatura trabaja en sentido contrario cuando trabaja bien. Al autocuidado y a la amenaza del otro como salud, el encuentro casual, la calle donde viven todas las bacterias, el desconocimiento de la historia del otro cuerpo para el encuentro total, el placer en el medio de la ecuación que se quizo eliminar:
“Otra vez salgo a la noche, la calle. Encuentro un desconocido delicioso porque sí. O porque el contacto cuerpo a cuerpo es una urgencia del mundo. Un temblor que por favor desestabilice por completo es una urgencia del mundo.”
Tercera coartada: Lo que duele
Nadia Prado en su libro editado por Salta El pez, El poema acecha en los intervalos, sostiene que el poema es ese quiero al lado del no quiero. Nunca una verdad fue más grande en relación a los cuerpos. El cuerpo entero es un no quiero al lado del quiero, el deseo vive en esa tensión, se hace grande o plástico y atraviesa lo cultural en batalla. Mi deseo es no y sí, es puedo y no puedo, lo que duele en el medio. ¿cómo paga por el placer? no, nunca, sino como parte a dominar.
“El dominio que ahora tengo de mi placer cambia su eje. De ser tan pija conmigo, empieza a prestarle más atención a esta protagonista entre mis piernas. Ella pasa de algunos descuidos a ser la vida y el alma de la fiesta. Lo dejo hacer. Coge y nos gusta tanto como el dolor. Después quedamos tendidos sobre la cama.”
Claudia Sobico por Gabriela Borrelli Azara
El libro de Claudia, a quien sigo desde su primera novela, La Grafa, me hizo pensar en estas coartadas. Son algunos pensamientos desorganizados, pero así creo que se empieza a pensar: sin programa. La literatura trabaja en forma oblicua con la realidad, nunca pudiéndola tomar toda, nunca abandonándola completamente. En esa línea desviada el placer y el pensamiento se unen para dar vida a la lectura. Disfruté mucho la lectura de Tiene memoria un cuerpo, coincido con Jorge Hardmeier, quien en la contratapa dice que Claudia habita la casa del lenguaje y que devela la memoria de las diversas cartografías. Cartografías necesarias para el futuro, para volver a pensar más profundamente lo que ya pensamos, para volver a recorrernos y gozar. Qué larga respiración este libro en el medio del ahogo de esta época.
“No entiendo por qué saber es el afán. Y en este desquicio del entender me quedo. Abrazar desde la razón y hacia la razón. Yo envidio la fibra de su cuerpo y ese permiso continuo a la
felicidad.”
Claudia Sobico por Gabriela Borrelli Azzara
Para conocer más sobre la autora:
Claudia Sobico es escritora y profesora universitaria. Es magíster en Escritura Creativa y ha publicado dos novelas y un libro de poesía. Actualmente colabora con entrevistas y reseñas en la revista Ruda. “Tiene memoria un cuerpo” (Salta el pez Ediciones) es su novela más reciente.
Claudia Sobico por Gabriela Borrelli Azara
Una entrevista que le realizaran a la autora desde el programa Kriminal Mambo. En esta entrevista, la autora reflexiona y comparte algunas sensaciones sobre este nuevo libro que publicó la editorial Salta El Pez.
Poesía, cine y actualidad.


